viernes, 4 de abril de 2014

Diario Guindalera. Semana Decimonovena: Pedro y el Lobo, o cómo hablar con la musica.

Esta semana hemos montado un mercado en la clase. Vendíamos todo tipo de cosas, juguetes, libros, carne, fruta, verdura, pasteles, galletas,... y hasta un patinete. Unos eran los vendedores y otros los clientes. Como no teníamos dinero optamos por el trueque " te doy tres plátanos por un cuento". Y entre los clientes podías encontrarte desde una señora embarazada (muy de moda ahora, por cierto), hasta un gatito, pasando por unos abuelos con su nieto o una princesa (no pueden faltar en todo mercado que se precie).
Otro día conocimos a Pedro y el Lobo, aunque algunos ya lo conocían, cosa que me congratula mucho. "Pedro y el Lobo" es un cuento sinfónico de Sergei Prokofiev. Se lo encargaron en 1936 para cultivar el gusto musical en los niños y él lo compuso en ¡cuatro días! En este cuento cada personaje está representado por un instrumento o grupo de ellos y por un tema musical. La música está acompañada por un narrador. Os dejo un trocito en la sección de la música del taller. Pero si no lo tenéis, os aconsejo que os hagáis con él porque es una maravilla. Con él los niños se acerca a la música sinfónica y aprenden a reconocer instrumentos, y a representar la realidad con la música.
Si hubiéramos estado en un auditorio hubiera sido distinto, pero en clase es más difícil escuchar y nada más, ¡sobre todo para los pequeños! Así que lo que hicimos fue dibujar un mural. Mientras iban escuchando el cuento y reconociendo los personajes y sus instrumentos, los iban dibujando, y vaya obras maestras que les han salido. Aquí tenéis las pruebas. Si os fijáis bien, veréis que algunos personajes están con sus instrumentos. ¿Son o no son creativos mis chicos?

Por otro lado, los enanos ya saben lo de la fiesta así que, podéis ir preparándola con ellos. La cosa va de piratas. Preguntad a vuestros hijos porque ya saben todos lo que quieren ser ese día. Traedles algo con lo que puedan disfrazarse, consensuado con ellos. Si no, ya sabéis que aquí tenéis material. Y, no es obligatorio, pero si algún adulto quiere disfrazarse también lo puede hacer. ¡Os esperamos con entusiasmo, padres, abuelos, hermanos, tíos, amigos, tutores legales, quien sea!